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Aunque sea algo que está bastante en desuso, seguimos utilizando SMS. Seguro que recibes alguno de códigos de autenticación, publicidad o incluso intentos de estafa. Pero, ¿envías muchos mensajes de texto? Te vamos a explicar por qué deberías evitar usarlos o, al menos, por qué deberías conocer cuáles son los riesgos. El objetivo es evitar problemas de seguridad y exponer tus datos personales.
Los SMS se llevan utilizando desde hace muchos años. Ha sido un método de comunicación muy presente y que, durante un tiempo, llegó a ser algo así como lo que hoy en día es WhatsApp. Si bien no era lo mismo, ya que costaba dinero enviar un mensaje, sí que servía para estar en contacto a través del móvil.
El problema es que, hoy en día, puede ser un riesgo para la seguridad y privacidad. Por su propia tecnología, por ser algo que lleva mucho tiempo con nosotros, cuenta también con vulnerabilidades y limitaciones que conviene conocer. A diferencia de otras aplicaciones, no está tan adaptado a los estándares actuales de seguridad.
Una de las limitaciones es que no tiene cifrado de extremo a extremo. Esto significa que un tercero podría leer los mensajes que estás enviando o que te han enviado. Podría suponer un problema importante para tu privacidad, especialmente si se filtra información que pueda ser confidencial y afecte también a terceros.
A diferencia de aplicaciones como WhatsApp, que sí que cuentan con cifrado de extremo a extremo, un SMS no. Podrían leer el contenido gobiernos, pero también atacantes que puedan explotar ciertos fallos.
También hay que tener en cuenta que los operadores podrían tener la capacidad de almacenar esos mensajes, aunque solo sea durante un corto periodo de tiempo. Además, hay que mencionar que queda registro de a quién mandamos un SMS, así como otros metadatos que van a exponer cierta información.
Una vez más, si quieres la máxima privacidad y evitar que esos mensajes sean leídos, aunque sea de forma accidental o por filtración, lo ideal es que cuentes con aplicaciones que sí utilicen cifrado de extremo a extremo. Programas como WhatsApp o Telegram, no van a tener estos problemas.
Otro ejemplo más es que podrías equivocarte al mandar un SMS. Por ejemplo, si te confundes al enviar algo por WhatsApp, tienes la opción de eliminar o editar ese mensaje. La otra persona ve que lo has eliminado o editado, pero no podría leer ese mensaje original que has enviado por error.
En cambio, un SMS no va a tener esta opción. Una vez pulsa el botón de enviar, automáticamente se envía y en cuestión de segundos va a llegar al número de teléfono del destinatario. Ya no tienes nada que hacer para revertir la situación.
Esta tecnología es antigua. Hay que tener en cuenta que surgió en la década de 1970 y desde entonces las cosas han cambiado mucho. Esto hace que sea una tecnología obsoleta y que puede ser explotada a través de diferentes métodos de ciberataques. Por ejemplo, lo podrían explotar para obtener códigos de autenticación en dos pasos y acceder a cuentas de la víctima.
Esto hace que, hoy en día, no sea una opción muy aconsejable para proteger por 2FA una cuenta. Es mejor utilizar otras soluciones, como son las aplicaciones del tipo Google Authenticator. No obstante, mejor esto que no tener ninguna habilitada.
En definitiva, utilizar SMS hoy en día tiene sus riesgos. Es una tecnología antigua, cuenta con ciertas vulnerabilidades y no ofrece las garantías de seguridad y privacidad que sí tienen programas de mensajería como WhasApp.
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